Una reflexión sobre la nostalgia que no pesa, sino que recuerda.
Hay ausencias que no pesan por su tamaño, sino por el lugar que ocupaban dentro de ti.
Y a veces, cuando aparece ese pellizco silencioso que no sabes muy bien cómo nombrar, lo primero que te sale es pensar que estás “exagerando”, que “no deberías sentir tanto”, o que “ya tendrías que estar bien”.
Pero echar de menos no es un exceso.
No es debilidad.
No es volver atrás.
No es un retroceso emocional.
Echar de menos es reconocer que algo —o alguien— tuvo sentido en tu historia, y que ese sentido no desaparece solo porque la vida siguió.
La emoción no tiene la misma prisa que los calendarios.
A veces echas de menos porque hubo vínculo.
Porque hubo presencia.
Porque hubo un tipo de amor, de compañía o de rutina que te sostenía más de lo que tú misma sabías.
Y cuando algo así falta, el cuerpo tarda un poco en reajustarse.
No es que estés “echando de más”.
Es que estás tocando el hueco real que queda cuando algo importante ya no está.
Y ese hueco no se rellena con frases motivacionales, ni con ocupaciones, ni con autoexigencia emocional.
Se acompaña.
Se respira.
Se mira con sinceridad, sin obligarte a cerrar lo que tu corazón aún no ha terminado de despedir.
Echar de menos también es una forma de gratitud.
Es la señal de que lo vivido tuvo calor, tuvo significado, tuvo verdad.
La nostalgia no siempre es un pozo: a veces es un puente que te recuerda quién fuiste, qué te importó y qué partes de ti siguen vivas.
Hay días en los que esa punzada aparece de golpe.
Otros en los que solo notas un silencio raro en tu interior.
Y está bien.
No tienes que pelearte con eso.
La vida no te pide que lo superes a toda velocidad.
Te pide que lo transites con presencia, sin juzgarte y sin forzar el olvido.
Porque echar de menos no te atrapa.
Te conecta.
Te humaniza.
Te devuelve la certeza de que tu corazón estuvo despierto, y que todavía lo está.
No estás fallando por sentir así.
Estás honrando lo que te tocó el alma.
Y eso nunca es “de más”.
«Si me necesitas, silba»
Comentarios recientes