Después de unos años ofreciendo Terapia Cognitivo Conductual de 3ª generación, y conociendo los buenos resultados de la misma, he decidido ir un paso más allá formándome en otra terapia de 3ª generación, el EMDR. Dicha terapia es la más indicada para la intervención en el trauma, y ambas cuentan con evidencia empírica.
 
Cuando ocurre un acontecimiento traumático, el trauma se suele quedar grabado en la memoria  con la imagen original,  o con los sonidos, quizás a modo de sensaciones o emociones, o tal vez lo que nos viene a la memoria son pensamientos del momento.  Esto es debido al impacto tan fuerte que experimentamos en dicho momento. 
 
El EMDR parece que estimula la capacidad de que se puedan reprocesar dichas experiencias traumáticas por medio de lo que se denomina estimulación bilateral alternada -de ambas partes del cerebro-. Es muy importante mencionar que, durante las sesiones de EMDR, no serías tú quien realice el proceso curativo del trauma, sino que será tu cerebro, sin embargo, sí serás tú quien controle el proceso. 
 
Si lo que pretendes es, por fin, poder recordar aquello que tanto te marcó en el pasado -y que está influenciando en tu presente-, sin que te duela, creo que esta es la mejor opción, tanto por la eficacia y la eficiencia, como por la posibilidad de no tener que verbalizar aquello que te produce tanto sufrimiento. 

do, pero sobre todo, es habitual escuchar que se tiene ansiedad. Por este motivo, me parece importante matizar algunas diferencias.
Para que se logre comprender más fácilmente, el miedo, entendido como la valoración de que nos encontramos ante un peligro (real o no), en una situación determinada, es la base de la ansiedad. Dicho de otro modo, el miedo es la base de la ansiedad, es la respuesta emocional -sentimiento negativo- que proviene de la emoción del miedo.