Depresión
La Depresión, según la OMS, es uno de los trastornos más frecuentes en la actualidad.
Sus principales características son la tristeza, la anhedonia (pérdida de interés de situaciones placenteras), sentimientos de culpabilidad, nivel bajo de autoestima, trastornos del sueño y/o apetito y falta de atención/concentración, lo que repercute significativamente en nuestra memoria.
La depresión puede llegar a cronificarse pero con niveles más bajos en la intensidad de la sintomatología de la Depresión Mayor, y su nombre es Distimia. También puede ocurrir que aparezca de manera recurrente, sin embargo, en cualquiera de sus formas, suele impactar negativamente en las áreas más importantes de nuestra vida:
familiar/pareja, laboral, escolar, social; y nuestra capacidad para afrontar los acontecimientos desagradables de nuestra vida disminuye notablemente. Es muy frecuente que la depresión y la ansiedad coexistan.
Si fuera de carácter más grave podrían aparecer pensamientos de suicidio y/o autolisis (llevar a cabo el mismo). Si es leve, la depresión podría tratarse sin medicamentos, sin embargo, si hablamos de una depresión moderada o grave, sería importante hablar
con un especialista en psiquiatría o médico de cabeza e incluir al tratamiento algún psicofármaco.
“Lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, se convierte en insomnio, en nudos en
la garganta, en nostalgia, en error, en deuda, en insatisfacción, en tristeza.
Lo que no decimos no se muere, nos mata”.
La psicoterapia es fundamental, acompañada o no de medicación, en el tratamiento de la depresión para que dote de las herramientas necesarias y se puedan modificar las creencias limitantes disfuncionales-, por otras más adaptativas y potenciadoras, de
esta forma se aprende a afrontar de manera más funcional emociones como la tristeza, el miedo o la rabia, las cuales se incluyen en todo proceso de duelo.